Hay momentos en que la vida te da un toque de atención porque te has desviado demasiado de tu camino. Y yo he vivido hace escasos días uno de ellos. Tampoco puedo decir que ha sido una señal clara y concisa. Lo que sí sé es que algo se ha despertado en mí. Y es que ir por la vida de puntillas no conduce a nada. En cambio la decisión, fuerza de voluntad y creatividad unidas pueden llevarte a un mundo nuevo, lleno de color y esperanza. Siempre he perseguido el gustar a los demás. Y eso me ha llevado, no sólo a no hacerlo sino a ser aquella que en realidad no soy. Es más, en los episodios de mi vida que no me ha importado el que dirán han sido los más productivos y magníficos.
Esta última experiencia vivida me ha mostrado mi fortaleza. Y sobretodo, que la vida es bella y que para tener lo que uno quiere hay que luchar y vencer los miedos, los cuales, a menudo, no són más que piedras en el camino que nosotros mismos ponemos.
Mi consejo: allanar el camino y confiar en nuestro potencial y esa fuerza que TODOS,...TODOS...tenemos.
Al mirar atrás me doy cuenta de todas aquellas cosas que deseaba, aunque las veía imposibles, pero creí en ellas, para algunos fui ilusa, y al final las conseguí. Y es maravilloso ser consciente de ello. Es un ejercicio que recomiendo y, además, prometo que es motivador, porque si analizas tu vida al detalle y piensas en todo aquello que has obtenido y que en un pasado lejano creias que nunca sería tuyo pero aún así te empeñaste en conseguirlo, te sorprenderás gratamente.
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